1999

ENTRENAMIENTO EDITORIAL

Comienzo mi práctica laboral como adiestrada en la Editorial de Ciencias Sociales del Instituto Cubano del Libro. En Cuba no se estudia la carrera de Edición, sino que se aprende a pura práctica y con algún que otro curso o diplomado. Así comencé. Y afortunadamente conté con grandes correctores, redactores y editores que me formaron y enseñaron este oficio, tan ingrato y tan gratificante a la vez. Como si nunca antes hubiese reparado en ella, aprendía y absorbía la normativa prescriptiva de la RAE y las normas editoriales y gráficas.

Tuve la fortuna de entrenar con galeras. Fortuna, porque de otra forma nunca hubiese podido conocer algunos de los símbolos de corrección de los manuales con los que me entrenaba, pues nunca más ya sería posible que se sucediesen tales errores (al pasarse de la composición por parte del tipógrafo en la imprenta a la mecacomposición en el departamento de producción).

El entorno tecnológico del mundo editorial cambiaba a una velocidad mayor que la que eran capaces de  asimilar mis propios entrenadores. Y aprendí no solo a editar, sino también a maquetar un libro, a preparar sus artes finales para la imprenta, a calcular sus costos. Y también asumí, ya sin entrenadores, el proceso editorial como producción de mercancía —cultural, pero mercancía al fin—, que debe venderse y como tal aportar valor. Esto, para el entorno editorial cubano no era una preocupación, o al menos era muy difícil de cumplir… pero ya esa es otra historia.

Fanny Carvajal
fanny@edicionesmil.com
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